La captura de pantalla de arriba corresponde a los primeros párrafos de una inefable pieza en El economista escrita por Quique Azcona, a la que llego gracias a Fernando Tricas.
Ni la captura ni la pieza original venían glosadas de fábrica. Y aquí viene mi reflexión: entre tanto lamento de periodista que se empeña en decir lo imprescindible que es el periodismo de calidad, y lo necesaria que es la edición de un profesional (porque cualquiera no sabe expresarse, ni escribir, ni tiene criterio, etc.), lo que encontramos en la prensa de calidad, ésa que debe salvarnos a todos del desahucio intelectual al que nos empujan, sin redención posible, los blogs, es lo que ven arriba: preposiciones mal usadas, errores gramaticales importantes y un desdén absoluto tanto por la marca de apertura de interrogación como por las tildes asociadas a estas interrogaciones.
Dejo de lado otras consideraciones y posibles buenas ideas, como no usar indicativo tras un comienzo condicional («pasaría/muestra»), sino un mucho más suave pretérito subjuntivo («pasaría/mostrase»). Eso es irrelevante, lo grave es que la prensa pofesional intente obtener por la vía legal (y todo llegará) un éxito y un estatus que por sus méritos no merece.
Más que nunca, Miedos de comunicación. No saben ni escribir, joder.
«Escribir para la web significa, en gran parte, regresar a dos de las bases del oficio periodístico: la buena redacción y la buena edición.» Así comienza una propuesta de manual de cómo escribir para la web. Es decir, la web se ha convertido en el nuevo motivo para aprender a escribir bien de una vez.