Dice el chiste que 9 de cada 10 piensan que el décimo es tonto. Llevo muchos días sin entrar a Twitter (maravillas de unas navidades en las que el tiempo online iba casi exclusivamente para leer blogs) y al entrar hoy para ver qué se cocía allí dentro he visto que 9 de los 10 tuits más recientes que he recibido eran retuits. No digo que sea la norma, la realidad es que no siempre se agolpan tanto… pero en estos momentos se evidencia una de esas cosas que siempre nos ronda la cabeza: el éxito de Twitter es que elimina la necesidad de escribir un post largo. Incluso parece que mola mucho más cuando ni siquiera tenemos que currarnos 140 letras.
Categoría: De lo social y lo ético
Vista en FigurePool, donde también otra imagen entra al detalle de 2012 month on month.
Será todo ruido…
Un mensaje de error en Hootsuite:
Si nos lo tomamos al pie de la letra, debe ser que en Twitter hay mucho más ruido aún del que ya percibíamos.
Fundamentally flawed
The fundamental concept behind email blasts is flawed. The same features that make email blasts appealing, their scalability and their one-size-fits-all approach, are the same features that make them horribly ineffective and counterproductive if you’re trying to acquire genuine links.
Ahora cambien email blasts por «tuits programados a la hora del máximo impacto», y genuine links por «verdaderos seguidores/lectores/clientes/tu-eufemismo comprometidos». Piensen en como las herramientas que se impusieron en el post-2.0 lo hicieron porque permitían concentrar la atención y escalarla hasta emular los medios masivos tradicionales. Y habrán matado a otro gatito. O quizá no tenga nada que ver con todo esto y yo estoy conjeturando y la culpa sea de los mayas.
En cualquier caso, qué lejos se ve ahora el hackerismo de principios de siglo.
Bien, a este paso los organizadores de eventos TEDx harán que mi vaticinio ante lo que mucha más gente ha observado quede sin valor. «Se veía venir» dirán todos cuando piensen en esto. Ahora, la reprimenda pública de TEDx a los organizadores de eventos que franquiciaron su marca:
Vetting your speakers is hard work, and can lead to uncomfortable moments. But as TEDx organizers, your audience’s trust is your top priority, over and above any other personal or business relationship that may have brought this speaker to your attention. It is not your audience’s job to figure out if a speaker is offering legitimate science or not. It is your job.
(…)
We take this seriously. Presenting bad science on the TEDx stage is grounds for revoking your license.
El detonante es la pseudociencia, pero el mensaje está claro: «Estáis jodiendo nuestra marca y con las cosas de comer no se juega. Esto es un aviso.»
Gonzalo lleva un par de días inquieto con el tema de los «favoritos» en Twitter. En primera instancia ya le dije que era consecuencia de las prisas y el no tener tiempo (en el momento de ver el mensaje) para leer el enlace adjunto.
Pero hay más. Favorito es un término muy extendido, pero inexacto en el uso que se hace de él en Internet. Usain Bolt es favorito en una carrera, y Anand es favorito en un torneo de ajedrez; un tuit no es favorito de nada (a menos que sea un casposo concurso de blogs al que a estas alturas ya sólo se presentan tuiteros, claro). En realidad, el término inglés favourite debió incorporarse a la rutina internetera como preferido.
Por preferido nos vamos acercando a la realidad: los tuits «favoritos» tienen estrella. Como los marcadores que conservamos para visitar frecuentemente en el navegador, o el correo que marcamos importante en clientes de correo como Thunderbird (libre) o GMail (privativo).
El uso que cada cual hace de la herramienta y su función puede ser muy diferente, pero conceptualmente es más probable que un tuit con estrella acabe siendo enlazado-presentado tomado como ejemplo o aporte que aquello que se retuitee, como sugiere Sonia.
Y podemos debatir si el retuit te da difusión instantánea y una mayor puerta de entrada a un cierto contenido o si eso de generar contenido imprevistamente valioso en Twitter es la principal trampa de esa herramienta. Formalmente, podría parecer que es abrir otra reflexión… pero es posible que éste sea realmente el origen de la inquietud en torno a los favoritos. Y ciertamente vale la pena pensar en ello.
Parece que a alguien en el actual gobierno español se le ha ido la mano trucando el barómetro del CIS. En octubre de 2012 había casi un 8% de ateos y un mes después hay 0.0% (son los conocidos ateos-san-miguel).
¿Habrán contratado al mismo equipo que maquilla los datos para Cristina Kirchner en su particular huida hacia adelante?