Primero ha sido ir a buscar el paper de 2012 de Levine y Boldrin para la FED, donde recomiendan abolir las patentes, sin rodeos. Luego ver que efectivamente ese estudio está realizado en la Universidad de Washington en Saint Loius, y que la misma fue fundada en 1853 por William G. Eliot, abuelo de T.S. Eliot. Terminar pensando que el bueno de T.S. me diría, al hablar sobre la reforma de las patentes, aquello de «espera sin esperanza, porque la esperanza sería esperanza por lo equivocado».
Coda: un punto adicional para los seis grados de separación.