Pasando del diagnóstico a la búsqueda de soluciones, Daniel Lacalle propone una serie de reformas para dar recortes sin recurrir a rescate externo. Me quedo con ésta:
Que los políticos cobren un 50% de su sueldo en bonos del Estado
Se habla mucho del problema Principal-Agente y de cómo los políticos no tienen los mismos intereses que aquellos que los eligen, y que tan pronto son elegidos estos dos ejes difieren cada vez más. Aunque fuera tan sólo porque de esta forma el objetivo sería dejar un sistema capaz de sostenerse los 10 años necesarios para cobrar hasta el último euro, ya podría valer la idea probarlo.
¿Se podría incluir en ese barco a los funcionarios? Desde luego no a los que tienen salarios más ajustados, pero sí a los que tienen sueldos enormes y puestos de altísima responsabilidad.
7 respuestas a «Alineando incentivos»
Una idea de Pere recibida en el correo: «Los bonos rinden más como más alto es el riesgo. Dándoles bonos les incentivas a que se arriesguen demasiado».
Anotada porque realmente es un bug en el razonamiento expuesto arriba, y vale la pena tenerlo en cuenta.
Yo creo que no existe tal bug…al menos yo no lo veo así.
Creo que Daniel Lacalle se refiere más al concepto de pago en bonos como si fuese un plan de stock-options.
Hay que tener en cuenta que en los bonos actúan dos variables que se mueven de manera inversa (precio y rendimiento), es decir, que un bono tenga una alta rentabilidad no es sinónimo de mayor beneficio ya que por un lado disminuye su precio en el mercado secundario y por otro hay un mayor riesgo para poder cobrar el principal y los intereses del mismo.
Pongamos un supuesto real con los datos de esta noticia (http://www.gurusblog.com/archives/bonos-generalitat-catalunya-uganda/23/07/2012/): un político en Cataluña que tuviese una parte del sueldo en bonos de su CC.AA que se emitieron al 4,75% y ahora se ofrecen a una rentabilidad del 19% en el mercado secundario de bonos (su precio ha caído) y los fuese a cobrar ahora a modo de paga extraordinaria de verano se vería en la siguiente situación:
– lo vende en el secundario con una importante minusvalía.
– lo mantiene hasta vencimiento esperando cobrar ese 19%…que según las recientes noticias de petición de «rescate» de Cataluña no pinta muy factible sin realizar una quita.
Por contra, si el buen desempeño del Gobierno de Cataluña en el que participa ese político hace que baje la rentabilidad de ese bono por debajo de la rentabilidad de emisión estaría en una situación completamente distinta:
– lo vende en el secundario a un mayor precio que el de emisión
– lo mantiene porque sabe que va a cobrar el principal y los intereses sin ningún problema.
A mi no me parece mala idea, pero habría que perfilar un poco más los detalles.
Por ejemplo; creo que los bonos no deberían pagar cupones antes de vencimiento (o reducir al mínimo esos cupones) y que fuesen emisiones realizadas a 4 años de vencimiento para cubrir el periodo de su gestión y si no llegan a cumplir la legislatura no deberían tener opción a cobrarlos.
Qué buen comentario, no había hecho esa reflexión pero por lo que comentas es posible que no sea tal bug. Reconozco que el comentario de Pere me hizo pensar eso sin cuestionármelo mucho mas.
Sigue partiendo de diagnóstico erróneo/interesado:
«España puede salir de su problema, que era y es el gasto excesivo.».
Mentira, con datos en la mano: http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2012/06/27/el-mayor-problema-de-espana-no-es-ni-el-deficit-publico-ni-la-deuda-publica/
Eso de que al mercado le preocupa enormemente «Que los gobiernos españoles siempre centren su esfuerzo en los ingresos» ¿de dónde lo saca?. No da ni un sólo enlace, apunte, dato, referencia… para contrastar. Nada. Compárese con las citas del FMI del último párrafo del enlace.
A partir de ahí se puede estar de acuerdo en ciertas cosas, o al menos en su intención. Pero no merece la pena, porque es hacer el caldo gordo a la desinformación, y ese sí que es uno de los grandes problemas de España.
Yo no hago mío el artículo de este chico… la mitad de las cosas que dice de hecho no las comparto, por eso indico claramente que de todo lo que dice me quedo con una frase, que al menos me pareció novedosa. Y a las pocas horas Pere ya me envió un bug ;)
A mi el discurso de que el gasto no es excesivo cuando veo aeropuertos vacíos, fraude en las tarjetas sanitarias, estaciones de tren donde no se baja nadie, televisiones duplicadas a costes que son el doble de las privadas para poblaciones más pequeñas, teatros vacíos en pueblos de habitantes ínfimos, museos de arte contemporáneo en cada capital de provincia o el ciclo de levantar aceras para poner otras más supuestamente bonitas que es costumbre del ayuntamiento de Madrid, me parece indefendible.
Otro asunto es si para racionalizar eso, el argumento no es el déficit o la deuda: pero, en fin, no verás que el gobierno de cataluña alivie sus recortes sanitarios llevando el coste de su televisión al ingreso publibicitario. No, eso no lo verás. Y podemos buscar toneladas de ejemplos. ¿Qué tal si trasladamos todo ese exceso de gasto a reducción de impuestos? Es que aquí todo el mundo se olvida de que crear un puesto con el salario mínimo cuesta el doble de lo que recibe el empleado, un excelente icentivo. Mira, qué bueno sería reducir los impuestos al empleo gracias a que no gastamos en otras cosas: se le llama incentivos.
El otro olvido de todo el mundo, es que el coste de la deuda se come los ingeresos. Son matemáticas puras. Y que, salvo milagro, parece que los que tienen que prestar el dinero no lo hacen a otro precio. Y si no lo hacen a otro precio, pues tu verás: encuentra otros. Ah, que no los hay. Alternativa: salir del euro. A ver quién le echa huevos a la caída de la renta relativa que se va a producir, aunque vete a saber, al final puede que fuera bueno.
Eso sí, la historia reciente demuestra que la moneda española en manos de políticos españoles no ha sido exactamente algo de lo que estar orgulloso ni confiar: yo he vivido las cuatro devaluaciones de Solchaga y tengo memoria de por qué y cómo sucedió: crear un efecto renta artificial basado en que los españoles podían ir a nueva york y que estar allí fuera lo mismo que Madrid. Aquello murió. Curiosamente, en ese momento, había otro mecanismo europeo que estalló por los aires como ahora: cuando los mercados de deuda y divisas descubrieron que los bancos centrales no podían defender la cotización artificial del sistema, como ahora no puede nadie garantizar la devolución de la deuda.
Me temo que Pere tiene razón: creamos un incentivo para que creen deuda. En el fondo, el tipo de interés importaría menos que la liquidez, pues basta con que se pongan más premio en forma de deuda y tener un mercado que se la compre.