Dice Jon Juaristi en ABC:
«Entre los siglos XV y XVII corría por España la especie de que los vascos descendían de judíos indultados por Tito tras la destrucción de Jerusalén, y de ahí su denominación general de biscaínos o biscaínes, «dos veces Caínes» o «doblemente Caínes», porque mataron a Abel y a Cristo. Los infamados replicaban que su nombre original era biscanes, «doblemente canes», por su proverbial fiereza. Sus detractores redargüían que tal etimología confirmaba lo ya dicho: «Doblemente perros, perros moros y perros judíos», irritando hasta el extremo a los vascos, una de las comunidades más judeófobas de la Europa moderna».
Dos veces caín o, en su diculpa, dos veces canes. Interesante, así puestos, que los leones del escudo de Bilbao parecen lobos por su perfil y su color. Que digan lo que quieran, a mí me recuerdan al protagonista de cierto gonfalón.
El término judeófobo es intereante, por cierto, parece que desde que descubrieron que no podían acolchar el antisemitismo amparándose en los pañuelos paletinos, también pueblo semita, se requiere una mutación lingüística que haga posible el ataque.
El artículo, por lo demás, ignorando la boutade final (tan difícil de probar como de desmentir) no deja de ser interesante desde el punto de vista etimológico, más o menos inventado (de eso Juaristi sabe algo, aunque prefiera creer), del origen de los nombres de Vizcaya y Guipúzcoa.
Y si, por lo demás, la salvación de pppaña está en los sellos, malamente lo llevan los españoles: de forum filatélico al sobre verde, la cosa de los sellos no podría funcionar peor.