The fundamental concept behind email blasts is flawed. The same features that make email blasts appealing, their scalability and their one-size-fits-all approach, are the same features that make them horribly ineffective and counterproductive if you’re trying to acquire genuine links.
Ahora cambien email blasts por «tuits programados a la hora del máximo impacto», y genuine links por «verdaderos seguidores/lectores/clientes/tu-eufemismo comprometidos». Piensen en como las herramientas que se impusieron en el post-2.0 lo hicieron porque permitían concentrar la atención y escalarla hasta emular los medios masivos tradicionales. Y habrán matado a otro gatito. O quizá no tenga nada que ver con todo esto y yo estoy conjeturando y la culpa sea de los mayas.
En cualquier caso, qué lejos se ve ahora el hackerismo de principios de siglo.