Viendo la reforma del código penal para «delitos especialmente crueles» me he acordado inmediatamente de la visión que Orwell nos dió, hace más de medio siglo, sobre la «Justicia preventiva». Parafraseando: introduzca usted la cadena perpetua para delitos especialmente crueles (qué mal argumento cargado de subjetividad semántica para un tema tan serio) y pronto no se limitará sólo a esos delitos. Esta reforma parece una pésima idea.