Una cosa que me aburre soberanamente sobre Twitter es la nefasta consecuencia (para mi tiempo útil) que tiene la dinámica de propagación de memes. Alguien suelta un chiste, otro usuario al que tú estás leyendo se hace eco. Es tu primer encontronazo con el meme, puede que incluso te saque la sonrisa. Pero horas, días y semanas después el tuit del chiste sigue apareciendo en tu timeline, retuiteado por otras personas a las que la onda expansiva del meme acaba de alcanzar. Y tú te ves leyendo reiteradamente el mismo chiste, o variaciones del chiste, muchas de ellas burdas, meros intentos de tapar el original y ganar algo de karma que no necesitamos. Perdiendo el tiempo con un mensaje que ya has visto demasiadas veces.