El sábado se celebró el hackaton de datos abiertos, con motivo del Open Data Day. Nos juntmos en elSite.
Reconozco que no contemplo los datos abiertos de la misma forma que los contempla mucha gente, como Luis. Creo que siendo la transparencia el mínimo exigible a un gobierno, la realidad y el avance verdadero van por otra parte: el verdadero empoderamiento desemboca en la eliminación de toda dependencia de la administración.
Creo que es mucho más interesante no necesitar recibir nada de la administración pública a modo de feed (¿Por qué no usamos un sistema distribuido para medir la calidad del aire, si sabemos que la oficialidad está trucada?), sino ser capaces de producir un mundo nuevo, con datos nuevos, plantar una semilla a modo de seed y construir agendas nuevas. Como ya están pensando, tomo prestadas las metáforas de La era del diamante: ya saben, el feed del viejo mundo frente al seed del nuevo.
Como digo, el trasfondo no me incentivaba pero, aún así, este hackaton, coorganizado por Alturo, de Madrid Me Mata y Oscar Corcho, del grupo OEG en la Universidad politécnica se presentaba como una buena oportunidad de pasar un día entre amigos, conocer algunas personas y, probablemente, aprender algo.
El día salió muy bien, hubo ratos en que se sentía realmente el buen rollo y la capacidad de un grupo de personas de hacer cosas, aunque puedan estar juntos de forma más o menos coyuntural. Y aparte de los ya conocidos, tuve ocasión de charlar bastante rato con Ana Malagón y Manuel Isasa, que demostraron ser de los más majos.
Y, ¿qué hicimos? Pues la aplicación casi me parece lo de menos, visualización de infracciones (o abusos de multas de tráfico) e intento de evaluación de un supuesto afán recaudatorio (la idea fue de Luis, precisamente). Lo de más fue el hecho de que sea una aplicación construida sobre Ushahidi, una herramienta con la que, pese a conocerla desde hace tiempo, nunca había trasteado, y todo lo que aprendí por el camino, con algunas cosas más que interesantes.
Al final, unas 10 horas de happy hacking la dejaron arriba. Hubo hasta tiempo para la dispersión, y con la comida nos echamos unas risas a la hora del salmorejo.
¿Algo interesante que contar sobre lo que pudimos visualizar? Los datos sugieren una auténtica caza al extranjero: reciben una proporción increíble de multas, con sanciones que son en promedio mucho más altas y que aportan más del 50% del total de la recaudación, pese a que la cantidad de conductores con pasaporte no español es pequeñísima. Para que luego digan que las fuerzas de seguridad del Estado son imparciales. Pero bueno, fue sólo una inspección preliminar, es posible que no sea significativo y todo eso, ya saben, la presunción y el algodón de azúcar.