El primer día hablábamos de llegar a las estrellas no por la vía más dura, sino dando tumbos. Unos días después pedí consejo a una amiga para buscar una forma latina, más elegante, de expresar esos tumbos. La conclusión, que podrá ser modificada en el futuro sin coste extra ni responsabilidad alguna para los artistas, es este errans que, por otra parte, remite al holandés–judío errante y a su necesidad de vagar sin rumbo fijo. La necesidad de hacer un hábito precisamente de aquello que a la mayoría inquieta.
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