Esta viñeta que encuentro atribuida a New Yorker (por el estilo del dibujo es más que probable) es sencillamente brillante:
Ooops. Está claro que el hecho de que pasen los días y siga sin estar claro si el ataque contra Sony es cosa de un grupo de hackers o de los servicios de espionaje de un Estado soberano debería hacer temblar al más cauto de nosotros.
LOL!
(Como siempre, como sucede con la pedofilia – parece que en el mundo no hubo pedófilos antes – son siempre excusas para acentuar el control de la red de forma que renuncies a tu intimidad y se la des al gobierno, que sabe qué hacer con ella, claro que sí, y te educará para que no bajes películas)