Hay cientos de ellos. Buscaban la superficie esta mañana, en Recoletos. En silencio, inexpresivos, mugiendo levemente mientras se pisan los talones con los auriculares puestos. Ya no cabe duda: es una invasión zombie.
Hay cientos de ellos. Buscaban la superficie esta mañana, en Recoletos. En silencio, inexpresivos, mugiendo levemente mientras se pisan los talones con los auriculares puestos. Ya no cabe duda: es una invasión zombie.
Pensaba que era una epidemia de otitis.